El CAMPO SIGUE A OSCURAS 

La energía eléctrica, un descubrimiento de hace 268 años, no ha sido posible para 318  familias de 65 veredas del Líbano- Tolima, algunas de ellas ubicadas a tan solo 10 minutos del casco urbano.

¿QUÉ PASÓ CON EL PROYECTO DE ENERGÍA?

Vuelve y juega. En el año 2017, los campesinos de nuevo entregaron los papeles requeridos por la alcaldía.  Dos entidades que prestan el servicio de energía realizaron la primera etapa denominada "Diseño y estructuración de proyecto energía eléctrica rural".

Estas entidades fueron: Enertolima, ahora llamada Celsia, empresa que fue adquirida por el grupo Argos y que  ahora cuenta con más de un millón de clientes, se encargó de las veredas el Agrado y la Australia; y DISPAC, energía del Chocó, asumió el trabajo de campo de  63 veredas. 

El proceso consistió en ir a terreno, hacer el mapeo correspondiente, verificar el cumplimiento de los requisitos  y entregar los respectivos soportes  a las  entidades encargadas como el IPSE, (Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas para las Zonas No Interconectadas).

 

¿ES POSIBLE ESTE PROYECTO?

Desde el año 2009, los líderes campesinos de la vereda El Agrado,  presentaron el proyecto de energía para su vereda, pero a la fecha no ha sido posible este servicio. 

En la página del FAER (Fondo de Apoyo Financiero para la Energización de las Zonas Rurales Interconectadas),  tan solo registra el proyecto identificado con el código 1403, que corresponde al proyecto de energía de las veredas El Agrado y la Australia.

Las permanentes gestiones  evidenciadas en  oficios, derechos de petición, llamadas, entre otras, han logrado que este proyecto aparezca registrado ante esta entidad del Ministerio de Minas y Energía. 

Sin embargo, el proyecto quedó detenido con la venta de Enertolima, puesto que desde hace un año, los líderes no registran ningún avance en el proceso con la empresa Celsia.

"... Tenemos una bitácora, que  evidencia las múltiples gestiones que hemos realizado desde el año 2009 ante las diversas entidades... es increíble que no hayan querido darle solución a este derecho fundamental... si le dijera que el proyecto se perdió del llamado Banco de proyectos de la Alcaldía del Líbano y tuvimos que darles copia del mismo a los funcionarios encargados... esto, en verdad da grima...así ¿cómo quieren que el campo progrese?... ¡qué vergüenza...!"

Se requiere que la Alcaldía y la Gobernación del Tolima aúnen esfuerzos y gestionen ante el Ministerio de Minas y Energía, para que la ruralidad Libanense pueda ser beneficiada con los fondos de las regalías existentes para tal fin. 

De lo contrario, el logro de este sentido derecho para estas familias del campo que aún no cuentan con el servicio, seguirá en papeles durmiendo el sueño de los justos en los escritorios de la burocracia institucional.

En el caso de Enertolima, ahora llamada Celsia, que se ha beneficiado cobrando a los libanenses uno de las servicios más altos en el país, es conveniente que manifieste su compromiso social con estas comunidades campesinas. Solo es cuestión de voluntades y acuerdos interinstitucionales.

Que en el Líbano aún existan veredas sin energía, también es una muestra de la escasa gestión que han realizado las administraciones. 

Si muchos de los políticos gobernantes que han pasado por el municipio y por el país, hubiesen evitado la trampa de la corrupción de los recursos públicos, hace rato que hubiésemos resuelto los problemas acumulados de la ruralidad, evitando así la desigualdad vergonzosa de sus condiciones de vida. 

Con ello, la ciudadanía consciente no estaría exigiendo:


¡POR LOS DERECHOS DEL CAMPO, HÁGASE LA LUZ ! 



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